Estimados amigos y amigas:

Esta Mesa representa a las distintas vertientes del humanismo cristiano y del humanismo laico, igual que muchos de ustedes en nuestra sociedad, como los dirigentes sindicales que llega a esta alta dignidad, las dueñas de casa y adultos mayores que sacan su voz desde lo profundo para dirigirse a las autoridades por una país más justo, como los niños y jóvenes que día a día dirigen sus pasos al camino del saber, para tener una mejor educación que les ayude a fomentar su crecimiento como el futuro del país, como así en algún momento nuestros antecesores Eduardo Frei Montalva, Patricio Aylwin y Eduardo Frei Ruiz Tagle y tantos otros, hicieron que Chile fuera un país más justo, honesto y transparente.
Queremos transformar este país en una nación respetada y admirada por el mundo, y volver a ser la primera fuerza política nacional.
Queremos volver a ser un partido de jóvenes y pasar el bastón de relevo que hoy recibimos a una nueva generación política.
Queremos también escuchar a los que viven en la desesperanza, a los que se encuentran cesantes o están presos, a los que siguen sumidos en la pobreza o la extrema pobreza, a los que observan con impotencia y frustración las brechas
sociales escandalosas que aún subsisten entre ricos y pobres, y al pueblo Mapuche.
En ocasiones, hemos convocado a nuestros compañeros a compartir nuestros sueños y crear un futuro marcado por el signo libertad, solidaridad, la igualdad y la justicia social. Aquí estamos para construir un país grande con el que soñaron nuestros antepasados, esa nación con que Frei Montalva movilizó a todo un pueblo.
Que nadie se deje engañar: somos una oposición de voluntad popular y no dejaremos de luchar frente a nuestros adversarios. Eso es lo hermoso de la democracia: que el que gana gobierna, y el que pierde no se va para la casa, sino a la oposición; en nuestro caso, una oposición decidida y clara, buscando servir a Chile tras el bien común, único norte de un verdadero demócrata cristiano.
Con la misma claridad queremos decir que cuando este gobierno plantee temas e iniciativas que vayan en beneficio del país, seremos los primeros en apoyar esas políticas.
Es esta la democracia que queremos proyectar hacia un mejor futuro sobre nuevas bases y una renovada fuerza transformadora. Lo que no podemos hacer es ofrecer más de lo mismo. Así como queremos una nueva y mejor democracia cristiana, también queremos una nueva y mejor Concertación, de cara al futuro y a los nuevos desafíos del siglo XXI.
Nuestras propuestas son:
1. Revitalizaremos nuestra identidad Humanista Cristiana. Tal como lo señalase el V Congreso partidario, nuestra identidad Humanista Cristiana es la fuente inagotable que inspira las propuestas de la Democracia Cristiana. Nos empeñaremos en que los acuerdos de dicho Congreso, así como el Plan Estratégico aprobado por unanimidad en la última Junta Nacional del Partido, sean concretados a través del trabajo de todas las instancias partidarias.
2. En la primera línea en la oposición. Vamos a ser la voz en defensa de los ciudadanos ante un gobierno de derecha que no cumple sus promesas y que intenta la mayor concentración de poder y conflictos de interés que se haya conocido en nuestra historia. Nosotros y la Concertación encarnamos un proyecto de país alternativo al que el actual gobierno de derecha nos quiere imponer. Una nueva y mejor DC, y una nueva y mejor Concertación, a partir de nuestra propia identidad: eso es lo que ofrecemos al país.
3. Renovaremos nuestro compromiso con la Justicia Social. En el año del bicentenario, la Democracia Cristiana debe renovar su compromiso por eliminar las escandalosas desigualdades que aún persisten entre los chilenos. La DC se comprometerá a aquellas iniciativas que pretendan redistribuir la riqueza y generar mayores oportunidades de desarrollo para los chilenos y chilenas.
4. Convocatoria a un Congreso Municipal. La campaña municipal comienza ahora. Vamos a contar con un modelo descentralizador de la DC para el gobierno local, propuestas programáticas comunales y una estrategia electoral. Realizaremos un congreso municipal en enero del próximo año.
5. Construir un partido joven. Este verano habrá escuelas de formación en todas las regiones. La JDC ocupará un lugar primordial en la conducción de un amplio plan de formación y capacitación de líderes jóvenes, destinada a secundarios, universitarios, y juventudes de las iglesias. Las juventudes partidarias tienen que abrirse a la juventud que está ahí afuera, huérfana de representación política.

7. Los candidatos de la Democracia Cristiana se definen en espacios abiertos. Los problemas de la DC se resuelven con más democracia y no con menos democracia. Vamos a renovar el partido abriéndolo a los ciudadanos. Vamos a elegir por primarias abiertas nuestros representantes a los principales cargos de elección popular.
8. Recuperaremos el sentido comunitario de la convivencia partidaria. Será una prioridad partidaria cuidar nuestra convivencia interna y liderazgos y fortalecer la fraternidad entre camaradas: esa es la unidad a la que aspiramos y la renovación que queremos. Vamos a reconocer los méritos de los constructores de partido, vamos a premiar el testimonio de vida y presentaremos con orgullo a la comunidad a nuestros mejores hombres y mujeres.
9. Democracia Cristiana, partido de líderes sociales. Es una tarea principal de la nueva conducción la de proyectar al conjunto de nuestros liderazgos, sociales y políticos, sin distingos ni exclusiones. El PDC potencia a sus líderes y es la comunidad la que escoge. Le pedimos más a los que más han recibido. Dispondremos de la mejor escuela de líderes con que haya contado el partido desde la recuperación de la democracia.
10. Convocaremos a la renovación de la Concertación. Una nueva Concertación capaz de derrotar a la derecha requiere de una Democracia Cristiana fuerte, unida y bien perfilada. Vamos a convocar a la renovación de nuestro pacto estratégico, junto a las nuevas directivas de los partidos aliados. Así como no defenderemos las cosas que se hicieron mal en nuestros Gobiernos, tampoco renegaremos de la obra de la Concertación.
Y por sobre todo exigiremos a las actuales autoridades terminar con los despidos y con el hostigamiento que están sufriendo cientos de funcionarios de las administraciones públicas del país
Es por ello queridos camaradas, amigos y amigas: esta no es tarea de una persona o de una directiva. Es tarea de todos; de militantes, simpatizantes y adherentes, y de las nuevas voluntades que sepamos captar y seducir hacia el futuro.
Hoy me presento ante ustedes, para que juntos recordemos la lista a la cual represento, lista 1, Ignacio Walker, y juntos lucharemos por nuestra patria.
¡Muchas Gracias!
Desde hace mucho, he querido asumir el honor y la responsabilidad de presidir nuestro partido Democracia Cristiana.
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